Monforte de Lemos, Capital de la Ribeira Sacra y con un pasado dorado cuya historia estuvo marcada por la llegada del ferrocarril en 1883 que la convirtió en el nudo ferroviario más importante de Galicia y contribuyó a su desarrollo y crecimiento como ciudad.
Hemos empezado el día visitando los alrededores de nuestro alojamiento, en plena JUDERÍA. Y es que Monforte de Lemos fue uno de los pueblos gallegos de mayor población judía. De hecho, el número de judíos en Monforte era lo suficientemente alto antes de 1492 como para que las localidades vecinas denominasen judíos a todos sus habitantes.
Estamos alojados en Rua Falagueira, en una casa de 3 plantas típica de este barrio y que perteneció a algún comerciante judío.
La judería no es muy extensa y puedes caminar por las calles que aluden a los antiguos gremios: Zapatería, Pescadería…
Del medievo conserva sus torres y murallas que tienen tres salidas: la puerta de la Cadea Vella, la de A Alcazaba y la puerta Nova.
Estamos en la zona alta de un pueblo de 18.000 habitantes. Pero más arriba todavía se asoma la estampa más característica de Monforte, el CONJUNTO MONUMENTAL SAN VICENTE DO PINO, con su Parador, Muralla, Torre del Homenaje y Palacio de los condes de Lemos. Esta zona nos habla de su pasado noble, tierras de condes que comprendieron que la belleza y riqueza natural de esta localidad merecía echar raíces a las orillas del río Cabe.
Hemos accedido con la Wuki invisible y nos hemos dado un paseito por su claustro.
Desde aquí, hemos cogido el coche para visitar el PAZO DE TOR, edificio del s.XVIII que guarda entre sus muros tesoros artísticos y mobiliario de la nobleza rural de varios siglos, que nos transporta directamente a otro modo de vida.
El Pazo es ejemplo vivo de las residencias señoriales gallegas del siglo XVIII. La última habitante, doña María Paz Taboada, mantuvo el interior tal y como lo conoció y así lo legó. Y desde entonces, este lugar no solo conserva su esplendor arquitectónico, con estancias decoradas de hermosos muebles y adornos, sino que también sirve como un espacio para divulgar la historia y cultura de Galicia.
Tras más de 2 horas de visita guiada gratuita que nos ha encantado, hemos vuelto a Monforte, para callejear por su casco antiguo, declarado Bien de Interés Cultural.
Nos hemos acercado al puente romano con detalles medievales…
…y también al Colegio de los Escolapios, que por sus características, dimensiones y el estilo herreriano predominante, se le otorga el apelativo del Escorial de Galicia.
Como curiosidad, aquí se encuentra la casa más estrecha de España , y es que sólo mide un 1,5 m de ancho por 20 de profundidad.
Tras comer una ración de Freba, hemos cogido el coche para hacer una rutita de románico y miradores. Como ayer, pero esta vez por la parte lucense de los Cañones del Sil. Hemos visitado por fuera un monasterio (el de las Bernardas) y el de San Miguel de Eiré.
Ya os decíamos el otro día que Ribeira Sacra alberga una de las mayores concentraciones de arte románico rural de Europa. Sus iglesias destacan no solo por su imponente arquitectura exterior, sino también por la riqueza de sus interiores, donde se conservan valiosas pinturas murales, retablos y otros elementos artísticos de gran interés. Con todo, en la provincia de Lugo, la dispersión geográfica de estos templos limitan su accesibilidad al público. Para hacer frente a esta situación, el Consorcio de Turismo Ribeira Sacra, en colaboración con la Diócesis de Lugo, ha puesto en marcha un programa piloto que facilita abrir al público una selección de iglesias en esta provincia. Esta iniciativa termina esta semana y hemos podido disfrutar del interior de dos de ellas.
La primera ha sido la IGLESIA SAN VICENTE DE PINOL, un templo que destaca por su sencillez y su elegancia. Aunque su fachada es sencilla, guarda un impresionante conjunto de pinturas murales del s.XVI y un artesonado de madera único en Galicia, y que guardan parte de la policromía original.
La segunda era la de SAN XILLAO DE LOBIOS. En el exterior nos llama la atención el lugar en el que está situado rodeado por un cementerio tan próximo que resulta imposible ver el templo al completo de una perspectiva amplia. Destacan las dos portadas principales…
…y, en el interior, unas columnas en cuyos capiteles se representan símbolos, adornados con pinturas, de los cuatro evangelistas, y más pinturas murales.
Poder ver estos interiores, algo excepcional y que no hay certeza de que se mantenga en el futuro, ha sido una gran suerte.
Para cerrar el día, un par de miradores, destacando el de SOUTO CHAO , también conocido como mirador del Vendimiador, en honor a la escultura de granito gigante que representa a un «carreteiro» llevando sobre la cabeza una cesta con uvas.
Lo mejor es que desde aquí estás rodeado de viñedos plantados en las vertiginosas laderas del Cañón del Sil. ¿Sabéis que a esta forma de cultivo es conocida como VITICULTURA HEROICA? Mañana os contaremos más, ya que visitaremos una de las tantas bodegas que se encuentran en la Ribeira Sacra.
Por cierto, hoy la cena nos la han puesto fácil: tomate de la huerta del chico del alojamiento. Una delicia para los que nos encanta el tomate.
Seguiremos informando.













































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