07 septiembre 2025

Día #3: Ourense II

Afortunadamente el pronóstico del tiempo se ha equivocado y la lluvia que anunciaban para la mañana de hoy, ha debido caer toda de madrugada, así que hemos librado. Eso nos ha permitido disfrutar de un día muy relajado.

Después de un desayuno casero con auténtico pan gallego (bollo gallego, pan que requiere mucha hidratación pero que consigue una corteza llena de sabor), nos hemos acercado a la Plaza Mayor donde el primer domingo de cada mes se celebra un rastro de antigüedades


Antes habíamos visitado el Liceo de Ourense, enclavado en un palacio del Renacimiento, con una austera fachada en cuyo balcón lucen cinco escudos de armas de diferentes linajes de Galicia.

Su interior es un magnífico ejemplo de la arquitectura señorial gallega de los siglos XVI y XVII, con un hermoso patio central, lugar de tertulias y actividades culturales.





De aquí, atravesando calles y plazas ya conocidas por nosotros, hemos ascendido hasta el Mirador de San Francisco, que nos ha regalado una bonita perspectiva de la ciudad. 

Pero este no era el motivo de llegar hasta aquí, sino la visita al CLAUSTRO DE SAN FRANCISCO, un claustro sin iglesia, recuerdo del convento franciscano. 

Monumento Histórico-Artístico, el Claustro conserva prácticamente intacta la belleza de sus 63 arcos, decorados con motivos vegetales, animales (reales y fantásticos) y humanos.





Hemos tenido la grandísima suerte de que la persona que trabaja allí nos haya dado una clase magistral de historia y arquitectura. Gracias a él, hemos entendido la excepcionalidad de la ornamentación de los arcos, así como comprendido el estilo románico gallego que, con influencias góticas, permitió al artista crear las columnas dobles más alargados y estrechos, la triple nervadura del interior de los arcos, y otros detalles más. 









Ayer mencionábamos el dicho de que hay tres tesoros en Ourense que no las hay en España: el Santo Cristo, el Puente y las Burgas hirviendo el agua. Y como solo nos quedaba el Puente, pues para allá que nos hemos acercado. Ourense es la ciudad del agua. Ocho puentes cruzan aquí el RÍO MIÑO, el padre de los ríos gallegos, el que ha modelado esta ciudad desde sus orígenes, y atravesarlo ha sido siempre un reto.


El PUENTE ROMANO es uno de los más grandes de España con sus 370 metros, y su ojo central de 43 metros de luz es el mayor arco gótico de España. Esta genialidad de la arquitectura romano-medieval aparece representada en el escudo de la ciudad.


Aguas abajo, iniciamos un agradable paseo que transcurre a orillas del Miño hasta el PUENTE DEL MILENIO, una obra futurista, radiante, símbolo optimista del Ourense contemporáneo.



El ascenso por las escaleras que se elevan 22 metros sobre el río permite disfrutar de una panorámica de estos puentes y también de parte de la ciudad.


Aguas abajo del Ponte do Milenio se sucede, a lo largo de 4 kilómetros, un recorrido conocido como la RUTA TERMAL DEL MIÑO, pozas y termas donde disfrutar de un baño en contacto con la naturaleza. Nosotros hemos optado por las termas de A CHAVASQUEIRA, un conjunto de pequeñas piscinas al aire libre construidas en piedra en una gran zona ajardinada en las márgenes del Miño y que se nutre de un manantial termal mineromedicinal con aguas a 40°C. Ha costado adaptarse a estas temperaturas, pero al final hemos aguantado unos 10 minutillos. 



Con esto hemos terminado el Ourense cultural, pero no con el gastronómico. A mediodía habíamos comido dos empanadas super ricas (una de zamburiñas y una mariñeira, con mejillones y calamar); y para cenar, una tortilla que aquí la bordan (muy parecida a la del Txintxirri 😏).

Mañana marchamos de Ourense, que tan buen sabor de boca nos ha dejado, para iniciar el recorrido de tres días por la Ribeira Sacra.

Seguiremos informando.

1 comentario:

  1. Ourense es una ciudad que hace unos años que tengo en mente. Me apunto cositas 😉

    ResponderEliminar